El Lombricultivo es un método de compostaje orgánico que utiliza lombrices para descomponer materiales orgánicos, como restos de comida y residuos de jardín, en un fertilizante rico en nutrientes conocido como humus. Este proceso se realiza en un contenedor especial llamado vermicompostera, que proporciona las condiciones ideales para que las lombrices descompongan los desechos de manera rápida y eficiente.
Para crear un lombricultivo, necesitas un contenedor con ventilación y drenaje adecuado, lombrices rojas californianas, una mezcla de sustrato inicial compuesta por tierra, hojas secas y cartón corrugado, y residuos orgánicos como frutas, verduras, restos de café y cáscaras de huevo trituradas. Primero, prepara el contenedor colocando una capa de sustrato en el fondo. Luego, añade las lombrices y permite que se adapten a su nuevo ambiente. Alimenta a las lombrices con residuos orgánicos en pequeñas cantidades, evitando productos lácteos, carne, grasas y cítricos. Mantén el sustrato húmedo pero no empapado y remuévelo ocasionalmente para asegurar una buena aireación. Añade más sustrato o cartón si notas un exceso de humedad. Después de 2-3 meses, el humus estará listo para ser cosechado. Para ello, separa las lombrices del humus utilizando una luz brillante que las haga moverse hacia el fondo del contenedor, recoge el humus desde la parte superior y vuelve a colocar las lombrices en el sustrato.
Beneficios: La lombricomposta ofrece una serie de beneficios tanto ambientales como prácticos. Además de producir un fertilizante natural de alta calidad para las plantas, la lombricomposta ayuda a reducir la cantidad de residuos orgánicos que van a parar a los vertederos, reduciendo así la producción de gases de efecto invernadero y la contaminación del suelo y el agua. Además, la lombricomposta puede mejorar la estructura del suelo, aumentar su capacidad de retención de agua y nutrientes, y promover la salud de las plantas y la biodiversidad del suelo.